Así que arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio. Hechos 3:19.
Sólo el poder
de Cristo puede obrar, en el
corazón y la mente, la transformación que
deben experimentar todos los que quieran participar con él de la nueva vida en
el reino de los cielos... Para servirle
convenientemente es necesario haber nacido del Espíritu divino.
Entonces
seremos inducidos a velar. Nuestro corazón
será purificado, nuestra mente renovada, y recibiremos nuevas
aptitudes para conocer y amar a Dios. Obedeceremos espontáneamente
todos sus requerimientos. En esto consiste el
culto verdadero.
Dios
exige que su pueblo progrese
constantemente. Debemos
aprender que la satisfacción de nuestros apetitos es el mayor obstáculo que se opone a nuestro progreso intelectual y a la santificación del alma.
No Obstante
Todo Lo Que Profesemos En Lo Que Concierne A La Reforma Pro Salud, Algunos De
Entre Nosotros Se Alimentan Mal.
El Halago De Los Apetitos Es La
Causa Principal De La Debilidad Física Y Mental, Del Agotamiento Y De Las
Muertes Prematuras.
Toda Persona Que Busca La Pureza De La Mente Debe Recordar Que En Cristo
Hay Un Poder Capaz De Dominar Los Apetitos...
Los Alimentos Preparados Basados
En La Carne Perjudican La Salud Física, Y Debemos Aprender A Vivir Sin Ellos.
Los
que están en situación de seguir un régimen vegetariano, pero prefieren seguir sus propias inclinaciones en este asunto, comiendo y bebiendo como quieren, irán
descuidando gradualmente la instrucción que el Señor ha dado tocante a otras fases de la verdad presente, perderán su
percepción de lo que es verdad y, con toda seguridad, segarán lo que hayan sembrado...
Me Dirijo
Tanto A Los Jóvenes Como A Los Adultos Y Ancianos: Absténganse de las cosas que pueden dañarlos.
Sirvan al Señor con sacrificio.
Los
niños deben participar con inteligencia en esta obra. Todos somos miembros de la familia del Señor; y él quiere que sus hijos, ancianos y jóvenes resuelvan
sacrificar sus apetitos y economizar el dinero necesario para construir capillas y
sostener a misioneros. Estoy
comisionada para decir a los padres: Colóquense enteramente, alma
y espíritu, del lado del Señor en este asunto.
Debemos
recordar en estos días de prueba que estamos en juicio delante del Señor del
universo. ¿No renunciarán a las costumbres que les causan
daño? Las palabras valen
poco; muestren por sus actos de abnegación que quieren obedecer las órdenes
que el Señor da a su pueblo peculiar. —The Review and Herald, 24 de febrero de 1910. Ver Joyas de los
Testimonios 3:356-358. [296]
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